Las sombras
"Ramón:
Cuando estuve preso, todo era oscuridad y todo el tiempo soñaba con ver
la luz del día. Y cuando me liberaron pensé que se había acabado todo.
Pero no se ha acabado nada, la oscuridad nunca se ha ido, nunca me
abandonó, no me suelta. Y no hay luz porque no hay final de la
noche...Una oscuridad inmensa, interminable, que se va tragando todo. Y
yo no estoy en ninguna parte pero sólo veo esa tiniebla y sé que me va a
tragar" (Cárdenas, 40 y 47, 2015).
Existe
algo oscuro en cada uno de nosotros. Todos tenemos sombras que nos
persiguen y que nosotros mismos creamos. Pero ¿cómo se puede escapar de
la oscuridad? ¿Cómo evitarla cuando ha crecido tanto, corrompiendo no
sólo a cada uno de nosotros como sujetos individuales, sino a sociedades
completas?
Todos
sabemos que está ahí y que vendrá por nosotros, pero pocos son capaces
de reconcerla y buscar la luz. Pocos saben del poder del tiempo, de la
transformación de las cosas y que todo lo que conocemos ahora, jamás
volverá a ser igual. Pocos saben de las injusticias en el mundo, de la
repartición inequitativa de los recursos y de los altos índices de
desigualdan que imperan en nuestro planeta. Aún menos personas saben
encontrar la luz, manejar la palabra y realizar luchas sociales en busca
de mejores oportunidades.
Sin
embargo, es necesario realizar dicha batalla. Es nuestro deber
levantarnos, ver más allá. De lo contrario corremos riesgo de perdernos
en nosotros mismos, de dejarnos tragar por la oscuridad, de morir en la
mediocridad.
Alzar la voz, uno a la vez hasta encontrar un estruendo social que impulse el cambio
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